En un momento de máximo desprestigio de la Justicia gracias al caso Carlos Divar, Presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ y de otros casos, uno de los cuales ocurrido en Barcelona, el violador ha quedado en libertad y que, el Diario Nacional El País, y bajo el título “Violaciones imposibles de demostrar” expone el caso sangrante de una joven agredida sexualmente por la ingesta involuntaria de drogas y que la víctima lo hace público con el deseo de que los transgresores de estos hechos, salvaguardados por el Sistema Judicial y el Sanitario, no queden impunes para seguir actuando y se tomen las medidas oportunas para penalizar estas actuaciones delictivas.
Cientos de mujeres ven cómo su violador queda en libertad tras suministrarles drogas, conocidas como de “sumisión química”, que doman su voluntad, y esto facilitado también por la falta de un protocolo sanitario común para la búsqueda de estas sustancias, que permite que aumente la indefensión de las víctimas, víctimas que pueden ser nuestras hijas, hermanas, esposa, etc.
Otro caso denunciado por una joven violada en Madrid por el enano chaman acusado de sedar a mujeres con una poderosa sustancia, la burundanga, para luego abusar de ellas y que después de este hecho la policía sospecha que abusó de muchas mujeres aunque creen que podría haber más denuncias de no ser por la vergüenza de las mujeres o la sensación de irrealidad de los hechos.
En el caso que publica El País concurren una serie de hechos para que la Justicia archive el caso, ante la pasividad y falta de profesionalidad por una parte de la propia Justicia y también del Hospital Clínic de Barcelona cuyo Jefe de toxicología, doctor Nogué, lo autodefine como centro de referencia para víctimas de agresiones sexuales y que el protocolo asistencial deja mucho que desear según el Informe del citado doctor:
Le dictaminaron desgarro vaginal y erosiones, semen y analítica negativa. Pero no se midió el grado de alcohol ni las benzodiacepinas u otras drogas de sumisión pese a que, como comenta una guardia civil experta en agresiones sexuales, Andrea presentaba el síntoma más evidente de este tipo de víctimas: una memoria excelente para todo lo que ocurrió antes y después y una nube negra a partir de la segunda copa. Pero no fue tenido en cuenta. El informe del jefe de toxicología del Clínic atribuyó a la ingesta de bebidas alcohólicas la desgracia de Andrea, aunque fueron solo tres copas en siete horas y no se midió la tasa de alcohol en sangre.
Este comportamiento médico “inexplicable e indefendible”, para el catedrático Rivadulla, ha sido la prueba de cargo que libró a Mohamed de la cárcel. El Clínic declinó dar explicaciones.
. Tampoco la asistencia hospitalaria sirve de gran ayuda a la hora de probar la agresión ante un tribunal: cada hospital tiene —si lo tiene— su propio protocolo asistencial. No hay una normativa que los unifique y la droga que se puede detectar en un centro sanitario con facilidad en otro ni se busca.
Una reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona ha dejado libre al agresor de Andrea S. por falta de pruebas, aunque lamenta la frecuencia con que este “modus operandi” llega a los juzgados.
En el programa Espejo Público de Antena 3 el día 25 de mayo de 2012 entrevistan al doctor Nogué del Clinic, el que afirma que en los tres últimos años en más de cien casos analizados no se ha encontrado Burundanga o Escopolamina en ningún caso y afirmando que se trata de una creencia popular.
En torno a un 20% o un 30% de las víctimas que denuncian una agresión sexual pueden haber sido víctimas de la administración intencionada de drogas por parte del delincuente. Una encuesta epidemiológica realizada en Barcelona durante 2011 por el Instituto catalán de Medicina Legal revela que un tercio de las mujeres que denunciaron agresiones sospechan haber sido víctimas de sumisión química. En La Paz se analizaron unos 130 casos en 2011. De un centenar, solo en la ciudad de Barcelona, hablaba el responsable de toxicología del Hospital Clínic en Antena 3. Tanto la Guardia Civil como los Mossos de Escuadra creen que se enfrentan a un problema que afecta a centenares de mujeres; muchas más si se contabiliza a las que guardan silencio.
Andrea S. no ha dejado de luchar contra la depresión en los dos años transcurridos desde la violación y el archivo del caso decidido ahora por los jueces.
“Cuando la víctima dice ‘No sé lo que me ha pasado, apenas recuerdo nada’, el protocolo se activa. Buscamos rastros químicos en sangre, pelo y orina para detectar si ha habido ingesta de sustancias que anulan la voluntad”. Pero el protocolo de La Paz no es unitario. No todos disponen de medios para detectar la sumisión química. Tampoco de mecanismos de coordinación con los centros forenses. “Son fundamentales y no se están poniendo en marcha”, lamenta Manuel López Rivadulla, catedrático de Toxicología Forense de la Universidad de Santiago de Compostela
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La realidad en la actualidad se agrava por la falta de sensibilización y que espero que todos los medios de comunicación divulguen estos casos inducidos por la ingesta involuntaria de benzodiacepinas u otros fármacos que la policía denomina “sumisión química”.
En medios policiales lo denominan “sumisión química”, y consiste en la ingesta involuntaria de benzodiacepinas u otros fármacos que eliminan total o parcialmente la consciencia de las víctimas, convertidas sin quererlo en juguetes del agresor. Robos en el caso de los hombres, y este mismo delito junto con la agresión sexual en el de las mujeres, se han convertido en un serio problema para los cuerpos policiales
Ahora mismo, el 90% de los casos de abusos sexuales por sumisión química que se dan en España se nos escapan”.
: “Los servicios hospitalarios no están sensibilizados”. “Hay mucho desconocimiento, lo que puede provocar que se cuestione a la víctima”, sostiene Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada. “El problema se agudiza cuando el médico actúa como un policía”,
El Instituto Nacional de Toxicología, dependiente de Justicia, sí tiene protocolo de actuación y recogida de muestras ante una agresión sexual. Regula desde 2010 que siempre deben recabarse restos biológicos (ropa, fluidos) para analizar la presencia de semen. “Si se sospecha que en la agresión puede haber involucrada alguna sustancia deberían tomarse siempre muestras de sangre y orina”, explica Ana Martín, jefa del servicio de Química.
El violador marroquí de Barcelona es un conocido de los Mossos por diversos delitos de tráfico de drogas, robo y maltrato doméstico, aunque parece ser que estos antecedentes la Justicia no los considera.
los Mossos dieron con Mohamed, fichado por 10 delitos de tráfico de drogas, robo y maltrato doméstico. Él negó los hechos hasta que le fueron mostradas imágenes junto a la víctima tanto de la discoteca del puerto como entrando y saliendo de la residencia de estudiantes. En esta última grabación se ve como Andrea no es consciente de sus actos. Él la sujeta y la arrastra, busca la llave en el bolso y abre, porque ella no coordina movimientos.
La Audiencia dice que es un “modus operandi” que “desgraciadamente” conocen bien. Él está libre: “In dubio pro reo”, firman los magistrados.
El programa de la Policia Federal Argentina, PREVENIR, alerta sobre la “burundanga”, que es una sustancia altamente tóxica que afecta la conducta de quien la consume, generalmente para abusar sexualmente de chicas que posteriormente no recuerdan lo que hicieron. En ocasiones, también fueron víctimas de robo. Las sospechas de su presencia en el país comenzaron años atrás, pero ahora la Policía Federal realizó un informe donde se alerta que el alcaloide retornó con fuerza a las discotecas y se advierte que “últimamente se trabajó en casos con personas que inhalaron la droga mediante lanzaperfume”, aunque también se registraron episodios con la sustancia diluida en comida y hasta impregnada en billetes.
VER: DROGAS: La Burundanga o Escopolamina
José Sobrado García