Desde el punto de vista de un discapacitado, la nueva pasarela que ha diseñado Santiago Calatrava sobre el Gran Canal de Venecia es una paradoja de 81 metros: tanto puente y resulta que no sirve para cruzar el río. Así se lo hizo notar el Ayuntamiento al arquitecto español el año pasado. No ha pensado en los minusválidos al diseñar el cuarto puente que atravesará el canal más famoso de la ciudad y que se unirá en la historia al de Rialto, la Accademia y Degli Scalzi.
El arquitecto desoye las protestas para que adapte su proyecto sobre el Gran Canal y propone que los afectados crucen el canal en vaporetto.
Tampoco es que los venecianos hayan pensado en su vida en ello. En la ciudad de los puentes, con un total de 434, sólo cuatro dejan pasar a alguien con una silla de ruedas. Pero les ha parecido que en el siglo XXI se podía empezar a cambiar de costumbres. Sin embargo Calatrava se ha negado a introducir cambios en su proyecto y ha dado una respuesta sorprendente. Más o menos ha venido a decir que si un minusválido quiere cruzar el Gran Canal, pues que se coja un vaporetto, uno de los populares barcos de Venecia. Ésta ha sido la respuesta final de un tirante intercambio de cartas entre Calatrava y el alcalde, Paolo Costa.
José Sobrado García
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