LA OFERTA: En la revisión periódica de la instalación individual de Gas doméstico, realizada en mi domicilio por HC-ENERGÍA a través del instalador autorizado LLAMES, S.L., el empleado de esta empresa me propone firmar un contrato para la revisión y mantenimiento de la instalación de gas y electricidad por un coste de 70 euros anuales a partir del segundo año ya que durante el primer año está exento. Le expreso que no me interesa este tipo de servicio, e insiste que me inscriba y que antes de que finalice el año puedo darme de baja sin ningún recargo adicional si no estoy conforme con el servicio. Finalmente firmo el contrato obrando de buena fe, no dudando de la seriedad de la empresa lusa HC-ENERGÍA, y lo guardo.
EL ENGAÑO: Una vez analizado el contrato me veo sorprendido y engañado por la empresa HC-ENERGÍA y no soy el único, ya que esta empresa utiliza este sistema con todos los clientes de este servicio denominado FUNCIONA, a juzgar por las cláusulas del contrato, y observo que el documento firmado contiene unas condiciones que modifican el contrato primitivo firmado con H.C, en lo referente al cambio de suministro de energía del MERCADO REGULADO a MERCADO LIBERALIZADO, pudiendo modificar HC-ENERGÍA los PRECIOS CUANDO SE PRODUZCA UNA VARIACIÓN EN EL COSTE DE ALGUNO DE LOS COMPONENTES QUE HAYAN SIDO TOMADOS EN CONSIDERACIÓN PARA EL ESTABLECIMIENTO DE LOS MISMOS, entre otras cláusulas leoninas ajenas al servicio de revisión y mantenimiento ofertado.
LA RECLAMACIÓN: Me presento en HC-ENERGÍA para expresar mi malestar por el engaño y tratar de recuperar el contrato firmado. Al no obtenerlo pido una hoja de reclamaciones y no me la facilitan diciendo que reflejarán en el ordenador mis quejas y me darán una copia. No conforme con la respuesta me presento nuevamente con el texto de mi reclamación en soporte magnético y papel y después de varias consultas del empleado al interior de la oficina, pasa mi escrito al ordenador imprimiendo la HOJA DE RÉGIMEN INTERNO con las diez primeras líneas del contenido de mi texto, porque no está prevista más capacidad, y, el resto lo imprime sobre otras dos hojas diferentes a la primera. Le manifiesto que no estoy de acuerdo y le reclamo nuevamente una hoja de Reclamaciones Oficial del Principado, la que no me entrega porque no la tienen.
Me veo obligado a ir a la Oficina de Consumo, expongo el caso y me dicen que me presente en HC-ENERGÍA con la policía local para que expida un informe de los hechos. En esta ocasión el responsable del Servicio de HC-ENERGÍA se hace visible y dice que las reclamaciones las tienen informatizadas, a lo que le señalo la obligación de tener a disposición del público las hojas de reclamaciones en papel para que el usuario pueda anotar sus quejas. Para abreviar, quedamos en que presentaré un escrito que sellarán y se adjuntaré a una hoja de reclamación editada por el ordenador para que pueda ejercer mis derechos ante la Oficina de Consumo junto con el informe de la policía local.
EL FINAL: la oficina de Consumo me comunica que el contrato queda sin efecto, aunque lo que yo pedía era la devolución del mismo y un Certificado constando la eliminación de los datos en los registros informáticos.
José Sobrado García
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