«Si la gente supiera cómo funcionan en Justicia los nombramientos nos quemaban vivos»
«Que se atrevan a proponer a Álvaro Cuesta (PSOE) para vocal en una sala cuya misión principal es juzgar a los políticos es bochornoso»
Gallardón no está dando una a derechas. Hace cosas demagógicas.
LA ENTREVISTA DE “EL COMERCIO”
Eduardo Serrano Magistrado jubilado del Sala de lo Social del TSJA
Tras 48 años de una intensa actividad laboral como catedrático de Derecho Civil y magistrado en el TSJA acaban de jubilarle, aunque Eduardo Serrano (Oviedo, 1942) recibe su nueva condición «sin júbilo alguno». A sus 70 años recién cumplidos, tras una azarosa trayectoria en la que perdió el cargo de catedrático por una incompatibilidad con su labor en los tribunales y sin cumplir sus deseos de llegar al Tribunal Supremo, Serrano no ha dejado que pase un día y se ha buscado nueva ocupación: a partir de ahora será abogado pasante en el despacho de su hija. En su nueva oficina y con una autoentrevista editada por si fuera de ayuda repasa y analiza sin censuras su experiencia en la Justicia.
-Lo de estudiar Derecho le vendría de familia.
-Mi abuelo era catedrático de Derecho Civil y un tío de Procesal. Lo viví en casa, aunque a mi abuelo no lo llegué a conocer porque murió de un infarto a los 54 años. Pero le tengo como referencia.
-¿Por qué optó por la docencia en un primer momento?
-Fui profesor ayudante al principio. Tenía novia desde hacía cinco años y quería casarse y con 1.200 pesetas que ganábamos pues no había forma. Entonces me puse a preparar las oposiciones de judicatura que las saqué en once meses, en el 1968. A los tres meses me casé.
-Pero no dejó la Universidad
-Tuve la suerte de venir destinado a Oviedo y lo compatibilicé con la docencia. Salí catedrático, pero a los cuatro años me aplicaron la ley de incompatibilidades. El rector Marcos Vallaure me mandó a la calle sin preguntármelo. En fin dejemos eso que es muy triste. Como estaba mejor retribuida la carrera judicial opté por ella, lo curioso es que luego me permitieron hacer lo mismo como profesor asociado.
-Después de tantos años no quiere hablar de ello...
-Me lo tomé muy mal. Me degradaron porque no se podía cobrar dos sueldos públicos. Eran dos sueldos con los que no te hacías rico y más con lo que ves por ahí. Yo saqué dos oposiciones y una me la quitaron manu militari. Cuando llegué a catedrático me preocupé por dirigir tesis doctorales de un grupo que ha llegado a profesores titulares. Lo que no habían hecho por mí. Una parte de ellos no tuvieron problema alguno para traicionar la confianza que en ellos tenía y en comandita con un equipo rectoral vetarme para seguir como profesor asociado.
-Tampoco le apoyó la gente en su carrera judicial....
-A mi me hubiese gustado acabar la carrera en el Supremo, pero como no pertenezco a ninguna asociación de esas que lo mangonean, ni a ningún partido político no lo logré. Conseguí anular un nombramiento del Consejo General del Poder Judicial, pero me tomaron el pelo porque luego volvieron a nombrar a esa persona a la que conseguí anular su nombramiento.
-¿Por qué recurrió el nombramiento?
-Porque la ley exige que valoren a todos los que lo solicitan y yo nunca conseguí que me valorasen. Me cansé. Hicieron el paripé y entonces pensé 'que se vayan a la porra'. Te enfadas mucho.
-¿Optó a presidir el Tribunal Superior de Justicia de Asturias?
-También, pero me mandaron a la porra y nombraron a gente que había sido alumna mía en la facultad y que están mil números detrás mío en el escalafón. Me dijeron que no cumplía el perfil. Así es la vida. A la gente le gusta mucho figurar. Igual por eso no doy el perfil porque no veo que pinta un presidente del TSJA o un fiscal jefe en la inauguración en la feria del libro en el paseo de los Álamos. Tienen una afición desmedida por aparecer y que les den medallas. Pero el raro soy yo y no los otros.
-¿A qué achaca ese rechazo?
-Yo no soy de ninguna asociación, Un vocal del CGPJ que fue alumno mío, me dijo cuando opté al Supremo que era imposible porque no pertenecía a ninguna asociación y que ellos votaban como un partido político. A los suyos. Si la gente supiera lo que hay dentro y como funciona esto nos quemaban vivos.
-¿Se arrepiente?
-No me arrepiento de nada porque si el precio para haber llegado a los puestos a los que aspiré era perder la dignidad no me compensa en absoluto. Me enseñaron que la dignidad no tiene precio.
-¿Qué opina de la triada propuesta para la plaza de vocal del TSJA tras la muerte de Buján?
-Álvaro Cuesta fue también alumno mío. Estoy sorprendido. Es muy buena persona, pero si una de las exigencias para ser juez es ser independiente, me causa sorpresa que se proponga a un señor que pertenece al PSOE, lo mismo que si fuera del PP o de cualquier otro, me traen todos sin cuidado. Me parece bochornoso. Lo digo claramente. No es el hecho de a quién propongan es que se atrevan a proponerlo. Los jueces deben ser independientes, sobre todo un magistrado que va a ir a una sala cuya misión principal es juzgar a los aforados ¿Los va a juzgar un señor que proviene de ahí y además fue alto representante de un partido?. Creí que ya no me iba a alucinar de nada, pero veo que es ilimitado.
-¿Qué réditos sacan los políticos con esos nombramientos?
-Eso quisiera saber yo. Por ejemplo si algún día ocurre algo como lo de Camps en Valencia o se deciden a tomar responsabilidades contra los que nos embarcaron económicamente, véase el HUCA, la Universidad Laboral, el Niemeyer..., tendrían que pedir responsabilidad al político de turno, cuya lista encabeza el que ahora es senador. Y tendría que ser la sala donde quieren colocar a Cuesta.
-Con estas cosas y casos como el de Carlos Dívar la imagen de la Justicia está deteriorada...
-La imagen está perdida. Por ejemplo Gallardón no está dando una a derechas. Hace cosas demagógicas. ¿El problema de la justicia se soluciona con menos días de vacaciones? Carlos Dívar era de mi promoción, no me casa con la idea que tengo de él. Si es verdad, es otra persona distinta a la que yo conocí. El único CGPJ que hubo bueno, fue el primero. Pero ahora ya no tiene arreglo. Los que tienen mayoría en el consejo, que son los de un bando o los de otro, eligen a los suyos.
-¿Está en peligro la justicia gratuita? ¿Cómo podría mejorarse el servicio?
- Está en peligro. Lo que yo veo en la Justicia es que el Gobierno legisla por casos concretos. Ocurre por ejemplo el caso de Marta del Castillo y ya comienza el debate de cambiar la ley. El Gobierno actúa demagógicamente. El buen legislador es el que se anticipa a los problemas sociales, no el que va a remolque de lo que pasa en la sociedad.
-¿Y en tema de infraestructuras necesita Oviedo un cambio?
- No me toque ese tema, porque yo me opuse a semejante desaguisado cuando se hizo el Palacio de Justicia. Dije que no servía. El resultado fue que, quien era presidente de TSJA, Eduardo Gota inauguró el palacio y ¿para que sirve? Fue un despropósito. Se hizo mal, quien no debía de hacerlo y con la premura de la gente que quiere salir en prensa.
VER: JUSTICIA: La justicia no es igual para todos.
José Sobrado García
No comments:
Post a Comment