Cascos denuncia que Trevín le impide visitar a Cándido y a Morala.
El delegado del Gobierno responde que «ahora es un ciudadano más».
Francisco Álvarez-Cascos, ex vicepresidente del Gobierno y ex ministro de Fomento, ha expresado su malestar por la postura de la Delegación del Gobierno en Asturias que le ha impedido visitar el pasado fin de semana a los sindicalistas gijoneses Cándido y Morala en la prisión de Villabona, donde ambos ingresaron el pasado 16 de junio.
Tras la nueva negativa, Álvarez-Cascos dijo a este periódico que «quiero expresar a Cándido y a Morala mi respeto por su situación y mi desacuerdo con la España de Zapatero que permite que haya dos señores en la cárcel por romper una cámara de televisión. Ni me deben ni les debo nada».
«La respuesta del delegado del Gobierno», continuó el ex vicepresidente, «es indignante. Que me conteste sí o no, pero es impropio de personas que se visten por los pies en el cumplimiento de sus obligaciones esa respuesta. El nivel de decoro de la Delegación del Gobierno en Asturias no puede ser más impresentable. No se debe decir que no está localizable, cuando se sabe que lo está, por su cargo, y, además, no se puede decir eso a una persona que ha tenido responsabilidades de gobierno».
Por su parte, el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, aseguró que Francisco Álvarez-Cascos es una persona que en su momento tuvo responsabilidades políticas que hay que respetar, pero que actualmente es un «ciudadano más» con los mismos derechos y obligaciones que el resto. Trevín señaló que Francisco Álvarez-Cascos formó parte del Gobierno que propuso y aprobó la ley que ha hecho que Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala estén en la cárcel.
SR. TREVÍN, ¡QUÉ TORPEZA LA SUYA! LA NOTICIA ES SU NEGATIVA, NO LA VISITA.
José Sobrado García
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