Sobre la posible construcción de un aparcamiento de 1.500 plazas en el entorno de la la calle Uría, José Antonio Sáenz de Santa María GEOLOGO manifiesta que "En Uría puede pasar como en Ventanielles, que las casas cedan"
José Antonio Sáenz de Santamaría estudió en la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo entre 1972 y 1977. Lleva 33 años ejerciendo la profesión de geólogo especializado en geotecnia de obras civiles lineales (autopistas, túneles, líneas AVE...), minería subterránea y a cielo abierto, cimentación de edificios, etcétera. Por mi experiencia, conozco el subsuelo de la ciudad de Oviedo, si se me permite la expresión, como la palma de mi mano.
La complejidad geológica del parking de Uría. Un repaso a los estudios necesarios y a las dudas técnicas que plantea el aparcamiento de Comamsa en el centro de la ciudad.
Es preocupante que, con las dificultades geológicas e hidrogeológicas que se vislumbran, el Ayuntamiento pretenda construir el aparcamiento sin haber presentado a los habitantes de Oviedo, junto con el convenio con Comamsa, los estudios que expliquen las características y los problemas geotécnicos del subsuelo y planteen las soluciones a adoptar para estabilizarlo, así como las medidas de auscultación y control a tomar sobre los edificios susceptibles de asentamiento. Recuerdo que se trata de una excavación de 15 metros de profundidad y paredes verticales en arcillas de baja calidad geotécnica.
También preocupan las variaciones que introduciría en la hidrogeología del Campo San Francisco la excavación prevista en Uría y Toreno, con sus pantallas impermeables de sostenimiento del hueco excavado.
Por mi parte, con 33 años de experiencia profesional en obra pública, no me atrevería a hacerla. En estos años, no recuerdo obra que no tuviera, en mayor o menor medida, problemas geológicos, geotécnicos o hidrogeológicos generados por un conocimiento deficiente del macizo rocoso sobre el que se actuaba.
Dado que, actualmente, no existe un modelo geológico y geotécnico del paseo de los Álamos, así como tampoco el proyecto de excavación y sostenimiento de las paredes de la poza, ni existe un documento que describa las medidas de auscultación y control de los edificios de las calles Toreno, Uría y Argüelles, es imposible saber si el proyecto a desarrollar será adecuado para evitar el asentamiento de los edificios.
En cuanto a plazos, en dos años (2011 y 2012), sólo se podrán hacer los estudios técnicos detallados que justifiquen cada paso de la obra. Así, ésta se ejecutaría entre 2013 y 2017. ¡Oviedo, capital cultural con el centro agujereado y en obras! Hay que recordar también que, en materia geotécnica, la obra tiene requisitos legales que cumplir (Código Técnico de Edificación, impacto ambiental, etcétera).
Con mi experiencia, me hago cruces al pensar que la empresa no conozca la inversión que deberá realizar para satisfacer los requerimientos de estabilidad y seguridad que, sin duda, se le exigirán. Si fuera directivo de Comamsa me informaría acerca de estos costes y su repercusión en la inversión. También mediría bien mi capacidad económica para ejecutar la obra.
La falla no está dentro del hueco a excavar. Es una fractura paralela a la calle Uría, que pasa por debajo de los edificios, desde la estatua de «La gorda» en la plaza de la Escandalera a la estatua de Woody Allen en Milicias Nacionales. Con ochenta grados de inclinación y diez metros verticales de salto, pone en contacto las calizas cretácicas al Norte (Milicias Nacionales) con las arcillas terciarias al Sur (Uría y los Álamos).
Invito al lector a visitar el actual aparcamiento de la Escandalera entrando por la escalera del paseo de los Álamos. En la primera planta verán, a la derecha y en el suelo, una canaleta labrada en el asfalto para recoger el agua que se filtra por el muro del Campo San Francisco. Observarán varios manantiales que presentan un flujo constante de agua y concreciones calcáreas amarillentas sobre la pintura gris del muro. Pues bien, eso es el nivel freático del Campo San Francisco y, de esta cota hacia abajo, todo el macizo rocoso está saturado de agua que saldrá, sin duda e inevitablemente, hacia la excavación que Comamsa y el Ayuntamiento pretenden ejecutar.
La excavación de la poza supondrá un abatimiento general del nivel freático en toda la zona dejando las cimentaciones de madera en seco y con el riesgo de pudrirse a corto plazo. Tampoco es teoría: pasó, en su día, en el caso de «la Manzana reseca» de Gijón. Allí, la excavación de un aparcamiento abatió el nivel freático dejando en seco las cabezas de los pilotes de madera que se utilizaron en las cimentaciones antiguas. Éstos se pudrieron y los edificios se agrietaron. El caso está publicado y se estudia en las universidades.
En Oviedo la excavación de un aparcamiento en Ventanielles provocó el vaciado de los materiales situados en los alrededores y la subsidencia superficial agrietó un barrio entero. Las casas fueron derribadas y reconstruidas. El Ayuntamiento debió acudir, entonces, al Principado para que sufragara los daños ocasionados (1.000 millones de pesetas). Las condiciones hidrogeológicas en el paseo de los Álamos y la calle Uría no son exactamente las mismas, pero el fenómeno podría repetirse, si bien con menor intensidad.
VER: OVIEDO: Trueque Villa Magdalena por aparcamiento en calle Uría (3)
José Sobrado García
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